Raymundo León y Luis Hernández, coordinador de Opinión del diario nacional La Jornada |
Por
Raymundo León
El
coordinador de opinión del periódico La Jornada, Luis Hernández, comentó que la
humanidad está marcada por el fin del libre comercio tal como lo conocimos.
Expresó
que comienza como un repliegue con el brexit en Inglaterra, el referéndum en
Italia y las recientes elecciones en Estados Unidos: “No es el fin de la
globalización, que tiene más de 500 años, sino de esa forma específica que es
el libre comercio y que Donald Trump expresa en Estados Unidos”.
Explicó
que en este último la base económica se asemejaba a una pirámide egipcia con
una plataforma muy ancha, la cual se convirtió en una Eiffel, muy angosta, por
lo que la riqueza se concentró de forma salvaje en el uno por ciento de la
población gracias a los paraísos de mano de obra barata, devastación ambiental
y otras facilidades de países como México.
Dijo
que una parte de ese mundo empresarial que no podía disfrutar de los paraísos
fiscales resultó derrotado en este esquema de libre comercio, y junto con los
trabajadores blancos protestantes, de mayor edad, menos calificados que
perdieron sus empleos fueron los que llevaron a Donald Trump a la presidencia
de Estados Unidos.
Añadió
que más que pensar en Trump como un loco “que no digo que no lo sea”, y ver el
problema como un asunto de diván, hay que ver a este personaje como una
expresión de ese cambio en Estados Unidos y todo el mundo, es el regreso a
cierto tipo de proteccionismo.
La
paradoja para México, mencionó, es que desde que entró al GATT en 1986,
organismo que es el antecedente de la Organización Mundial del Comercio, el
país comenzó a abrir sus fronteras de forma más o menos desregulada, sin
mediación, y con la señal de que su futuro estaba en Norteamérica y había que
formar un bloque con Estados Unidos y Canadá.
Dijo
que la apuesta de las élites económicas, políticas y culturales de México se enfocó
a convertirnos en una especie de estrella más del país de las barras y las
estrellas; pero ahora hay pánico entre los “viudos del Tratado de Libre
Comercio” porque de repente se dice que ya no somos norteamericanos.
Hay
conmoción por el maltrato al país y los migrantes se han convertido en los
chivos expiatorios: Son los culpables de todos los males, tachados de feos,
ladrones, violadores y generadores de desempleo, por lo que la apuesta de Trump
es construir un muro, aunque en los hechos ya existe en una tercera parte que
fue construida en las administraciones de Obama y Bush, quienes se decían
“amigos” de México.
Señaló
que la expulsión de indocumentados mexicanos tampoco es algo nuevo, el gobierno
de Obama en ocho años corrió a tres millones de compatriotas. Lo nuevo es el
tono de agravio, las amenazas de escalar esto a extremos inauditos, advirtió.
Mencionó
que el escenario para México es complicado porque el TLC destruyó entre otras
cosas al campo mexicano, al limitarlo a producir unas cuantas hortalizas y
frutas; pero no todo está perdido, hay ejemplos en el mundo que seguir como el
de China.
Explicó
que durante muchos años China fue la base de exportación de mercancías de empresas
de Estados Unidos, pero en 2012 el partido comunista dijo ya basta y redefinió
una política de desarrollo que puso en el centro fortalecer el mercado interno,
mejorar el nivel de vida de la población, producir los bienes que la población
necesitaba, subir salarios, cuidar el medio ambiente y combatir la corrupción,
por lo que hay 200 mil funcionarios en la cárcel.
Indicó
que México puede pensar en una política con esos mismos ejes. Fortalecer el mercado interno en lugar de querer ser una planta
maquiladora que ofrece mano de obra barata. Mirar a los países del sur que han
venido construyendo mecanismos de cooperación interesantes, acordando distintas
iniciativas de desarrollo e intercambio de productos.
México,
dijo, tiene que ver el modelo que ha permitido a esos países salir adelante, con
una redistribución del ingreso, el combate a la pobreza y la construcción de alianzas
con China que no sólo consisten en la compra y venta de mercancías, sino
también en planear inversiones y préstamos no condicionados.
Luis
Hernández consideró que Donald Trump no cumplirá con su amenaza de regresar a
todos los mexicanos indocumentados porque hay trabajos que no quieren hacer los
estadunidenses como es el caso de los jornaleros agrícolas.
Expresó
que las cosas funcionarán como hasta ahora, como una válvula que a veces se
abre y otras se cierra según las necesidades de mano de obra; pero además con
muro o sin muro la migración no va a parar, “nuestros paisanos siempre han
encontrado la forma de darle la vuelta y del mismo lado de Estados Unidos hay
redes de complicidad que permiten que haya este flujo”.
Indicó
que para los que sí regresen, México tiene el reto de darles un lugar, el mismo
del que no fuimos capaces como país para que se quedaran; además de que entre
ellos están muchos de los mejores compatriotas, con más ganas de trabajar,
energía y voluntad para salir adelante.
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